DESAROLLO DE TU BEBÉ: SEMANA 37 DE EMBARAZO

A partir de la semana 37 se considera que el bebé está a término, por lo que se espera que nazca en cualquier momento. Esto también significa que sus órganos están desarrollados, y que es solo cuestión de tiempo hasta que lo tengas en tus brazos. Se hace más difícil dormir y las ganas de orinar constantemente regresan, pero también aparece el impulso a organizar todo para la llegada del bebé.

Cambios en el bebé

En esta etapa tu bebé pesa entre 2.800 – 3.000 grs y mide aproximadamente 48 centímetros de longitud, aunque esto sigue dependiendo de cada mamá y bebé, por lo que varía y no es una medida universal.

Para esta semana ya el bebé está en posición cefálica, con la cabeza hacia abajo, por lo que sentirás mayor presión en la pelvis. Pero si aún no se encuentra en esta forma, todavía tiene tiempo para moverse.

Sin embargo, es posible que, si el bebé está en una posición diferente a la cefálica, tu doctor busque alternativas para que se voltee, como las maniobras de versión externa para girarlo, o que proponga una cesárea en algún punto de las siguientes dos semanas.

También estará ganando peso de manera rápida, acumulando grasa debajo de su piel, que le permitirá controlar su propia temperatura al salir de tu vientre. Sus órganos internos están desarrollados en este punto, por lo que solo queda que siga creciendo.

Por la posición en la que se encuentra y lo apretado que está, probablemente no pateará tanto en esta etapa, pero si sentirás movimiento constante, pues buscará estirar su cuerpo y rodar, haciendo presión.

Uno de los mayores cambios en esta etapa es que el bebé realizara inhalaciones y exhalaciones de líquido amniótico continuamente, en preparación para respirar cuando haya nacido.

A estas alturas de su desarrollo, y como consecuencia de la acumulación de masa, también se despedirá del lanugo, una capa de vello muy delgado que lo cubrió mientras su cuerpo no tenía la grasa para protegerlo. Este tejido se adhiere al líquido amniótico y luego es digerido a través del cordón umbilical, ayudando a que cree el meconio neonatal.

Por esto mismo, el bebé comenzará a desarrollar pelo y vello en su cuerpo, finos y cortos primero, sin color. También sus uñas crecerán y aumentará la fuerza en sus extremidades.

Su oído y su capacidad cerebral están a punto. Igualmente es posible que se chupe el dedo, haga compresiones con sus manos o parpadee.

Las contracciones de Braxton Hicks se pueden producir en esta semana, pero es importante diferenciarlas de las contracciones de parto, que también pueden aparecer por la condición a término del embarazo.

Cambios en la madre

Si el bebé aumenta de tamaño y peso, es normal que también lo haga la madre. Esto se traduce en dificultad en la movilidad y más cansancio. Sin embargo, es más complicado dormir porque conseguir la comodidad en la cama es más retador. Puede aparecer el insomnio si no lo ha hecho antes.

Los dolores de espalda, calambres y las molestias en las extremidades probablemente se harán constantes, pero son consecuencia normal del peso que tu cuerpo carga. Algunos de los cambios que puedes haber experimentado antes, como la aparición de varices, ciática o las hemorroides se agravarán.

Por la posición cefálica del bebé, la presión en la boca del estómago, que dificultaba la respiración, se aliviará, por lo que podrás inhalar y exhalar con más alivio. Como contraparte a este cambio y por el mismo hecho, aumentará la presión en tu vejiga y serán más seguidas e intensas las ganas de orinar.

Uno de los cambios más profundos en esta etapa es la sensación de saciedad al comer de manera mucho más rápida que lo acostumbrado, pues el crecimiento del útero y la acción que esto causa en los órganos es considerable.

La acidez el estreñimiento o la indigestión siguen siendo un acompañante de la madre en esta etapa. Es importante considerar que es probable que haya presencia de conductas ansiosas en esta semana y en las siguientes, como consecuencia de saber que el bebé viene en camino.

A partir de esta etapa es posible que tu médico recomiende la realización de un control de pelvis, para conocer la posición en la que se encuentra el feto, los huesos de tu pelvis, el canal del parto y el cuello de útero, que se vuelve fino cuando empieza el proceso de dilatación.

Recomendaciones a las madres

Por lo cercano que puede estar el nacimiento de tu bebé, es aconsejable que comiences a organizar las cosas que vas a necesitar. Si vas a dar a luz en un lugar externo, es importante que preguntes que es necesario llevar, que te procurarán y cuáles son los procesos por los que pasarás.

Consultar con tu médico o doula durante esta semana es esencial, para que no haya sorpresas más allá de aquellas que no se pueden controlar. Crear un plan flexible pero que guie todo tu parto te ayudará mucho cuando sea el momento de que tu bebé nazca.

En esta etapa es normal que se presente el “instinto de nido”, esa necesidad de preparar y organizar tu hogar para la llegada del bebé. Es absolutamente normal, pero no debes esforzarte más allá de tus posibilidades, pues cuidar de tu condición física es importante para completar las pocas semanas que te faltan.

La ansiedad y los nervios estarán mucho más presente en esta etapa por lo cercano del parto, pero es bueno que consigas actividades que te calmen para manejar estos sentimientos. Así mismo, por la dificultad de dormir, es posible que tomar pequeñas siestas te ayude a descansar un poco más.

Preguntas Frecuentes

¿Qué debo preparar para el día que llegue mi bebé?

Todo dependerá de donde vayas a dar a luz, pero es importante que organices quien te acompañará, como será el proceso de parto y que pasará después de que tu bebé llegue al mundo.

Si es un parto en casa, el área en el que lo vayan a hacer debe estar acondicionada para tal fin y las personas que estarán deben estar preparadas. Allí entra en juego el uso de los utensilios adecuados y la posibilidad de esterilización de todo lo que deban emplear para ayudarte en ese momento crucial.

Si irás a un centro asistencial, es esencial que preguntes que te será proporcionado y que debes llevar. Además, puedes aprovechar para organizar la ropa que usarás para salir del hospital o clínica, los productos de limpieza personal que necesites para sentirte cómoda durante tu estadía y no puede faltar preparar las primeras mudas de ropa de tu bebé, los pañales de recién nacido y las mantas para cubrirlo al salir.

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