Miedos comunes en las primeras semanas

La llegada de un bebé trae consigo, ciertos temores en todas las madres, es una reacción natural a lo desconocido, incluso si no eres primeriza, pues cada bebé es un ser humano diferente y la reacción del cuerpo ante el embarazo cambia, ya sea por las condiciones físicas o psicológicas en las que te encuentres.

Las preocupaciones que ocupan tu cabeza van desde la salud del bebé hasta la escogencia del nombre, y todas son importantes, lo fundamental es saber cómo abordar todo esto que abruma nuestra mente de una manera eficiente, productiva y lógica.

Existen tres grandes grupos de temores o miedos a los que debes enfrentarse en esas primeras semanas y que posiblemente no son tan graves como la mente los coloca, pero que es importante aclarar para disminuir el estrés que pueden ocasionar y poder buscar la solución, en caso de presentarse como complicaciones.

Miedo al desarrollo del embarazo

Estos temores  también pueden estar asociados al instinto maternal que nos lleva a proteger a nuestros bebes desde el momento en que conocemos de su existencia.

Posibilidad de aborto espontáneo: siguiendo un adecuado control prenatal, tu médico te acompañará en el tránsito por esos primeros meses, cuando la posibilidad de un aborto espontáneo se podría dar. Para ello se vale de la ecografía que le permitirá saber el estado de evolución del feto y te indicará los cuidados necesarios, es decir aquello que deberás evitar según tu condición. Esta no es una situación común, ya que se considera menor al 20% de los casos y pueden ocurrir antes de la octava semana de gestación, pasado ese tiempo, disminuye ese riesgo. Lo cual también ayuda a liberar el estrés que te podría ocasionar.

Falta de alimentación del bebé: este temor siempre está asociado a los síntomas naturales que son las nauseas y el vómito, pues te preocupa que si comes poco o devuelves lo consumido, el bebé no absorba los nutrientes necesarios para crecer sano en tu vientre. Lo importante es que conozcas para tu tranquilidad, que el bebé en sus primeros meses es tan pequeño y necesita tan pocos nutrientes que se alimenta de lo que tu organismo posee, claro sin descuidar o abusar de tu alimentación. El bebé se desarrollará con las reservas que posees de manera natural y sana.

Malformación del bebé: cualquier anormalidad dentro del desarrollo del embarazo, que pueda generar riesgos a la formación natural y segura del bebé está en la atención temprana del médico obstetra, de allí la necesidad de que el embarazo sea monitoreado por un especialista que tiene los equipos y el conocimiento necesario para detectar a tiempo y tomar las decisiones, así como dar las recomendaciones para el desarrollo del niño.

Complicaciones de la madre: el embarazo es un proceso natural en las mujeres y a menos que tengas una condición preexistente que requiera una especial atención, este se debería desarrollar de manera normal. Lo importante es mantener la calma y procurar la tranquilidad necesaria para que el estrés y las preocupaciones innecesarias no te produzcan otras consecuencias. Tanto la madre como el bebé en crecimiento necesitan la tranquilidad para poder evolucionar de manera correcta, sana y natural.

Miedo al parto

Dolor excesivo: el parto normal es algo natural, no se puede decir que no duele, el momento de las contracciones general dolor, pero ese dolor tiene dos características básicas, la rapidez y la tolerancia. El dolor de las contracciones va aumentando en intensidad en la medida que se hace más frecuente, lo que implica la cercanía al momento del parto y generando niveles de adrenalina que producen cierta resistencia al dolor que lo hacen tolerable.

De igual manera ya sea parto normal o por cesárea, los médicos emplean diferentes técnicas y tipos de anestesia, local o general, que impide que sufras los dolores del momento del parto. La anestesia epidural es una de las más utilizadas en el parto normal, con ella puedes vivir la experiencia de tu parto, ver nacer a tu bebé y conocerlo inmediatamente.

Miedo a la recuperación después del parto: pasado el momento de traer tu bebé al mundo, vendrá un período también de recuperación para ti, al mismo tiempo tendrás que dedicar tus mejores esfuerzos al cuidado de tu bebé. Por lo que la mejor recomendación será la planificación.

Tomar las previsiones de todo lo que puedes necesitar para poder atender a tu bebé segura y cómodamente antes que llegue el momento del parto, para así sufrir la menor cantidad de molestias en tu organismo mientras cumples con la bella labor de atenderlo. Revisa la altura del colchón de la cuna, de donde tendrás la bañera, el cambiador, el corral, los utensilios y objetos que necesitas para atenderlo.

Toda esta previsión te dará comodidad, no necesitarás inclinarte mucho para no maltratar tus puntos, si los tienes o la sensibilidad que queda después del parto.

Miedo al cuidado del bebé

Limpieza adecuada: si no cuentas con un familiar cercano que te ayude y te dé consejos basados en la experiencia, que a veces también funciona, sigue también las recomendaciones de tu médico, el cual te dará las más importantes indicaciones. Regularmente los pediatras desarrollan una lista de recomendaciones y consejos para las madres primerizas, son muy útiles y claros.

La frecuencia del baño, la temperatura del agua, las condiciones de ambiente de la habitación, la calidad de la vestimenta del bebé, la esterilización de los utensilios que usas para su alimentación y cuidado, el cuidado del cordón umbilical, la frecuencia del cambio de pañales, los tipos y tallas de pañales, la leche maternizada si la llegase a necesitar, así como el botiquín de primeros auxilios para un bebe, esas cosas que necesitas tener a la mano, como el termómetro, alcohol algodón. Todos estos son aspectos importantes para revisar y prever. Puede funcionar hacer una lista para considerar los aspectos que debes organizar con anterioridad.

Alimentación sana y necesaria: la principal fuente de alimentación del bebé es la leche materna, por lo que necesitas tener presente tu alimentación antes durante y después del parto, ese debe ser un importante centro de atención, no requieres nada especial, pero sí alimentarte lo más sano posible, no sólo para el desarrollo de tu bebé sino para preservar tu salud en todo el proceso desde el embarazo hasta después de amamantar. Al igual que el consumo de agua, fuente indispensable para poder producir la leche materna, la hidratación es la principal riqueza del organismo de una madre lactante.

Aquí hay un vídeo sobre los primeros cuidados del bebé realizado por Pampers.

También te puede interesar:

¿Qué tan útil fue este post?

Haga clic en una estrella para calificarla!

Valoración media 0 / 5. Conteo de votos: 0

No hay votos hasta ahora! Sea el primero en calificar este puesto.