
Una madre siempre atiende a los beneficios que necesita su bebé, y la leche materna es el alimento no solo principal, sino el único del que se puede las primeras semanas de vida. Alimentar de forma correcta a nuestro hijo es una gran preocupación.
No se diferencia mucho de la misma preocupación que ha tenido durante todo su periodo de embarazo al intentar resolver dudas como el nombre del bebé; el pensar en su propia alimentación es parte de pensar en el bienestar de su hijo.
De allí que se desarrollen de manera tan frecuente menús y regímenes para las mamás en periodos de lactancia, que apuntan a develar y proporcionar orientaciones con respecto a los beneficios de ciertos tipos de alimentos, combinaciones de los mismos y raciones para favorecer los diversos procesos naturales de la madre y del bebé.
¿Cómo se produce la leche materna?
Proviene de las glándulas mamarias como producto de los nutrientes de la dieta alimentaria y de las reservas nutricionales del cuerpo de la madre. La calidad de la leche materna depende de la calidad de la alimentación durante el embarazo y en el período de lactancia.
El organismo hace su filtrado de forma natural y por excelencia procura producir la mejor calidad de leche. Esto puede ocurrir a expensas de la madre, es decir que, si la alimentación no es buena o con suficientes nutrientes, el organismo toma de las reservas de la madre para la producción de leche.
Es importante que en estos asuntos la madre este orientada por el médico, quien le estará haciendo sus respectivos análisis de sangre de manera continua y sus chequeos periódicos. Dentro de la consulta, él te preguntará cómo te sientes, si tienes mucho sueño, poca fuerza, dolores de cabeza, mareos u otros síntomas que sean indicativos de una deficiente alimentación.
¿Qué alimentos son recomendados por su contenido de nutrientes?
Los especialistas recomiendan tomar en consideración la calidad de los alimentos. Una dieta equilibrada es el punto clave para mejorar la leche materna sin sacrificar la nutrición de la propia madre.
El agua es indispensable durante toda la vida y aun más en el período de embarazo y lactancia. La leche materna está compuesta entre un 85% y un 90% de agua, por eso una de las reacciones propias de la madre es tener mucha sed, sobre todo en el momento de amamantar. Una recomendación es hacer el hábito de tomar agua justo en el momento de amamantar a tu hijo, así se repone el líquido necesario del cuerpo.
Lo jugos, zumos, infusiones, té u otras bebidas naturales también cumplen la función de hidratación. Sin embargo, algunas de ellas aportan calorías a tu organismo; por ello siempre la recomendación será tomar mucha agua, simplemente agua, entre seis y ocho vasos diarios cómo mínimo.
Es aconsejable que consumas alimentos ricos en fibra como las frutas y verduras. El aguacate es recomendado por su alto contenido de ácido fólico (vitamina B9), ácidos grasos, vitamina K, vitamina B12 y fibra, que ayudan en la producción de células rojas en la sangre.
La alcachofa es rica en fibra, mejora la digestión, tiene efectos diuréticos y tiene propiedades desinflamatorias. Tiene grandes cantidades de vitamina B1, B3, E y C y en minerales como el potasio, magnesio, calcio y hierro.
Las almendras son ricas en calcio y ácidos grasos, es uno de los frutos secos más ricos por su cantidad de magnesio. Sin embargo también las avellanas, higos, pistachos, nueces, maní y uvas aportan importante cantidad de nutrientes a las madres que amamantan.
Cereales integrales, pan, pasta o arroz integral, así como papa, batata, yuca u otra verdura o tubérculo rico en fibra son esenciales para este periodo. La avena también tiene mucha cantidad de fibra y constituye la primera recomendación para el desayuno de la mamá por su capacidad en aportar energía, además de ser perfecta para la adquisición de ácido fólico, zinc y potasio.
Alimentos de alto contenido de nutrientes como los vegetales verdes, las carnes magras y las proteínas vegetales, son súper esenciales.
También el pescado, especialmente el bacalao por su alto contenido de yodo, lo que contribuye al desarrollo psicomotor e intelectual del niño. Es rico en vitaminas B1, B2, B6 y B9, además de los nutrientes energéticos, también poseen vitamina D, A y el Omega 3, tan importante para el corazón.
Pollo, pavo o carne de vacuno sin grasa, aunque siempre es recomendable variarlas y no consumir en cantidades mayores al 30% de la ingesta total de alimentos.
Las espinacas, acelgas, espárragos, berro, son ricos en ácido fólico, hierro, potasio y betacaroteno.
Los huevos contienen vitamina D, micronutrientes, vitaminas del grupo B. Aunque nada supera la vitamina que aporta el sol, los huevos son recomendados por su poder de saciedad y la energía que aportan a organismo de la madre.
Las lentejas, guisantes, papas, garbanzos son cereales esenciales para obtener los glúcidos necesarios, ricos en hierro, proteína, ácido fólico, magnesio, zinc y cobre.
Las futas fresca, son valoradas por su alto contenido de fibra. Se recomienda consumir enteras, pues tienen un alto contenido de agua. La manzana es la que posee mayor índice de agua y permite mantener la hidratación en niveles adecuados.
El queso es excelente fuente de yodo y calcio. Siempre se recomienda el consumo de los que contienen menor cantidad de grasa. Los lácteos son indispensables para reponer los niveles de calcio que puede haber perdido la madre durante el embarazo, sobre todo durante los dos primeros meses de lactancia. La leche contiene vitamina A, B2, B12, D, minerales como el sodio, magnesio, potasio o el fósforo, hidratos de carbono, grasa y proteína de muy buena calidad.
Otro derivado de los lácteos es el yogurt, que contiene un significativo nivel de enzimas que ayudan al sistema digestivo. Al igual que el cambur o plátano, que por su gran cantidad de prebióticos contribuye a la restitución de la flora intestinal y evitar el estreñimiento.
¿Qué alimentos debes evitar durante el período de lactancia?
La lista de alimentos que se deben evitar durante la lactancia depende en gran medida de la tolerancia de la madre a ellos; es decir, si el organismo los procesa de manera adecuada. Eso sí, debes evitar hacer dietas estrictas, pues el momento de la lactancia no es el más indicado para ello.
De igual manera, hay muchos alimentos o bebidas que se recomiendan sean consumidas con mesura tales como: el café y el alcohol. Otras bebidas para considerar con discreción son las energéticas, así como aquellos alimentos a los que eres alérgica o aquellos a los que le bebé puede ser alérgico. Esto lo irás descubriendo en la medida en que ocurra, pues no todos los bebés desarrollan alergias alimenticias.
En el caso del alcohol, puede reducir la cantidad de leche que produzcas, por lo que tu bebé puede requerir mayor alimentación.
También te dejo un vídeo que te habla sobre los 6 alimentos prohibidos al lactar